Se
acercan las vacaciones de los niños y los días libres que se puedan coger
llegan a su fin, así que hay que ir despachándolos no sea que se pierdan en
algún Real Decreto.
Aprovechando
las circunstancias propicias, Carlos y yo hemos decidido darnos la penúltima
ruta en condiciones del curso. Como hay que estar a las 4 de la tarde en la
puerta del cole y hasta las 9 no abren la jaula para quedarse con las fieras,
el tiempo no es ilimitado, y entre unas cosas y otras se queda hasta corto, por
lo que hemos decidido limitar los trayectos coche –tren al mínimo para
aprovechar el tiempo de bicicleta. Para ello hemos seleccionado una ruta desde
el Escorial a Madrid. Teníamos alguna referencia porque la ruta la hizo mi
hermano hará 15 días. Nosotros por si acaso la haremos en sentido descendente,
que siempre ayuda ir cuesta abajo.
A
las 11 o así estábamos montados en las bicis en la subestación de El Escorial,
nos toca ir a buscar dónde empieza el track, siempre una aventura cuando el que
guía soy yo, aunque esta vez hubo suerte y no dimos muchas vueltas, parece que
voy cogiendo el truco al chisme este.
Cuando
llegamos al camino veo que por allí ya he pasado yo alguna vez, aunque estaba
el terreno algo más húmedo. Es una zona bastante bonita, con caminos
entretenidos, revirados, sin grandes dificultades y en ligera pendiente
descendente, que siempre ayuda para que el camino sea más bonito.
Así
llegamos hasta el puente que cruza el embalse de Valmayor. Me sorprende la
cantidad de gente que hay siendo un día de diario. Y todavía hay gente que dice
que que harías si no trabajaras, ninguno de los que nos cruzamos presenta mal
aspecto, mala cara, síntomas de aburrimiento ni nada parecido, el trabajo es lo
que aburre y consume, por eso te pagan.
En
la presa paramos a echar unas fotillos y un jubilado aprovecha para contarnos
la cantidad de tortugas que hay en el pantano y como se suben a los trnocs que
sobresalen del agua para tomar el sol. Después de la charla pongo en marcha la
cámara de vídeo y continuamos el camino. Hoy tocaba probar una nueva ubicación
sujeta en el casco, pero la primera prueba ha sido rana, sólo se ve suelo, así
que ni he editado el vídeo, otra vez será.
Pasamos
por una urbanización y nos dirigimos a Colmenarejo, es la parte de la ruta que
menos me ha gustado y encima intuyo que hay una alternativa por el borde del
pantano bastante entretenido, pero me da miedo hacer pruebas por sitios que no
conozco de nada y que pueden estar bastante lejos de algún pueblo.
Cuando
llegamos a Colmenarejo paramos en un parque a coger agua y cruzamos el pueblo,
que largo es el condenado, encima la salida la hacemos también por carretera,
menos mal que enseguida nos desviamos a una pista que nos llevará hacia
Villanueva del Pardillo, una buena zona de la ruta también. Aunque la pista es
un poco aburrida e incómoda por los bachecitos típicos que forman los
tractores, las vistas son bonitas y se rueda bien.
De
repente subimos un repechillo y asoman en el horizonte las Cuatro Torres,
parece que vamos bien encaminados, aunque la verdad es que se ven lejos.
Nos
desviamos de la pista y tomamos un camino que tiene una barrera que pone
propiedad privada, Carlos tiene serias dudas de que se pueda circular por estos
sitios, pero no vamos a dejar el track a 30 kilómetros de Madrid y sin saber
dónde estamos, así que no hay discusión. Por este camino llegamos a las
primeras urbanizaciones de Villanueva del Pardillo. Aquí cogemos una pista del
Canal que va junto al colector que alimenta Majadahonda. Ni una curva, ni un
árbol, el sol empieza a apretar, me temo que lo bueno de la ruta se ha
terminado y el único interés que queda es llegar a Madrid, lo malo es que el
track marca que nos quedan casi 30 kilómetros, aunque estamos muy cerca de
Majadahonda.
Cambiamos
de colector y ya si llegamos al pueblo. Una parada en el Dia para bebernos una
coca cola fresquita hace que lo veamos todo de otro color, parece que
llegaremos a casa incluso con tiempo para comer antes de ir a por los niños.
Cruzamos Majadahonda por el carril bici entre parques con césped y
urbanizaciones de chalecitos y llegamos a Pozuelo. En esta parte la verdad es
que no se muy bien por dónde andamos, todo hace indicar que la ruta nos va a
llevar a la Casa de Campo por la zona de Prado del Rey y por eso el track es
más largo de la cuenta, pero merece la pena con tal de saber cómo ir desde casa
hasta la sierra montado en la bici y sin coger autopistas.
Una
vez llegados a la Casa de Campo avivamos el ritmo, eso de verse en terreno
conocido anima a cualquiera y nosotros no íbamos a ser menos.
Sin
ninguna incidencia más llegamos a casita a las 15:10 más o menos, objetivo
cumplido con creces, incluso podemos andar y esas cosas después de casi 70
kilómetros.
Desde
luego prefiero andar por la zona de Cercedilla y Navacerrada, los paisajes son
más bonitos, el clima para el verano acompaña mejor y los caminos son más entretenidos,
pero esta ruta tampoco está mal conocerla para irse en tren hasta El Escorial y
volver a casa montado. Investigaré con las rutas que tengo guardadas si se
puede mejorar cogiendo algún camino junto al pantano algún rato más e iremos
mejorando en el futuro. Otro reto es hacerla al revés, aunque me temo que para
mi será mucha tela.
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