El
pasado domingo me volví a juntar con uno de los grupos con los que salgo en
bici de vez en cuando, aunque el invierno pasado fui bastante asiduo a sus
rutas quincenales, hacía ya casi un año que por diferentes motivos no nos
veíamos.
Aunque
la asistencia no fue ni mucho menos elevada, si que fue suficiente para que nos
diéramos una vuelta con la bici en un domingo en el que había estado de alarma
por bajas temperaturas, así que la cosa prometía y además me permitiría probar
mis recién compradas botas de gore tex en condiciones adecuadas.
La
ruta elegida fue la que solemos hacer cada año como comienzo de temporada,
bueno, la suelen hacer el resto, porque a mi no me gusta y normalmente me la
salto. Además de no gustarme mucho el recorrido, me fastidia tener que coger el
coche para ir a un sitio que no aporta nada respecto la Casa de Campo y no digamos
El Pardo, pero esta vez y por ver a los compañeros me apunté.
Empezó
todo como el culo, un poco antes de llegar a Sanse el coche empieza a
calentarse. Me paro en una gasolinera y no tiene ni pizca de agua. Otra más
para aumentar mi estima por esta ruta.
Relleno
el depósito y llego al polideportivo de San Sebastián de los Reyes. Allí está
ya Luc montando su bici, calzándose y demás zarandajas propias de la pereza que
da montar en bici con este frio y a esas horas, y es que hacen falta ganas para
levantarse un domingo a las 8 de la mañana con temperaturas bajo cero para
darse una vuelta en la bici.
Al
rato llega Santi y nos confirma que estamos todos, así que nos preparamos, nos
vestimos y empezamos a andar. Para empezar una buena cuesta y nada más pasarla
una bajada rapidilla para llegar a las afueras de la urbanización del Race
(creo que se llama así), una ración de calle asfaltada y casoplones de los que
nunca tendremos y vuelta a los senderos.
La
ruta es bastante suave y discurre junto a la tapia que delimita el Soto de
Viñuelas, que debe ser la finca privada de algún noble y que incluye castillo y
todo.
Hasta
llegar a los alrededores de Tres Cantos es la zona más entretenida, porque una
vez que llegamos a las inmediaciones del polígono el camino se vuelve un poco
más pestoso, con pistas más anchas, paisajes menos verdes y un poco sensación
de estar rodando por descampados en lugar de por el monte.
En
esta zona ya empezamos a cruzarnos con más gente, ya es media mañana, ha salido
el sol y el tiempo no es como lo habían pintado, al final se va a quedar una
buena mañana y todo. Nos cruzamos con bastantes ciclistas a los que se nota que
están empezando en esto y con bastantes corredores, algunos casi van más rápido
que nosotros, para que os hagáis idea del ritmo.
A
estas alturas Santi ya dice ir tocado y bajamos un poco el ritmo.
Sin
más que comentar llegamos al carril bici y hacemos el tramo correspondiente
hasta llegar al cementerio de La Paz, donde empieza el camino de vuelta.
Esta
parte es bastante entretenida, es ligera bajada y vamos a buen ritmo, eligiendo
según el tramo entre la pista ancha y el sendero estrecho que va a su lado.
Y
cuando creíamos que estaba todo hecho y que no nos íbamos a cansar más, nos
llega una subida bastante interesante. Me pongo a tirar, aunque eso solo lo
note yo al sentir el cansancio, no porque se aprecie un ritmo decente, y cuando
llego arriba no veo a mis acompañantes. Me extraña tanta distancia, pero lo
mismo van tocados de verdad. Cuando llegan a mi altura me devuelven al suelo,
en una bajada se han chocado y han caído, aunque no se han hecho nada han
perdido algo de tiempo y por eso he llegado con tanta diferencia arriba.
Y
esto ya si que es el final, un pequeño tramo de llaneo hasta salir de la tapia
y vuelta a los coches.
Otra
vez que no he disfrutado esta ruta, el recorrido no tiene grandes atractivos
para mi, pero es que además por una cosa o por otra siempre me pasa algo que me
fastidia la ruta. La primera vez fue en una nocturna y era no llevar la
iluminación adecuada, otra vez los continuos retrasos y ver que no llegaba a
comer a casa y esta vez pensando en el coche, en si podría llegar a casa y el
palo de la reparación.
Tengo
que probar algún día a hacerla desde casa para meter kilómetros, aunque tampoco
me hace gracia ir por el carril bici con la de montaña, por lo menos si será
una ruta durilla con 30 kilómetros de carril y otros 30 de campo.
Yo personalmente no
recomiendo esta ruta si vives en Madrid, pero si te pilla cerca de casa es una
buena opción para rodar por el campo y para iniciarse en esto, hay zonas de
senderos que si se hacen entretenidas, aunque para mi pesen más los tramos en
la urbanización y la parte de llegada a Tres Cantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario