El
sábado, para retomar la bici después de las vacaciones, me di una vuelta por
casi todo el anillo verde ciclista, un carril bici de casi 80 kilómetros de
longitud que rodea la capital siguiendo más o menos el itinerario de la M40.
Esto es lo que vi.
Empezamos
la ruta a la altura de Puerta de Hierro, enfrente del hotel Monte Real, para ir
hacia el norte buscando los nuevos barrios de esa zona.
Lo
primero que llama la atención y que es una constante en todo el carril cuando
pasa por barrios de nueva construcción, que es casi la mitad del recorrido, es
que discurre por el bulevar central de las avenidas y que para pasar las
numerosas rotondas pasa a las aceras laterales, cruza la calle que salga a
derecha o izquierda de la rotonda y vuelva al bulevar central, total, 3 cruces
con semáforo para cada rotonda.
Otro
aspecto curioso es que aunque discurra por zonas con aceras bastante anchas, la
zona roja incluye el carril bici con los dos sentidos de circulación y otro
carril reservado a peatones en el que no caben más de dos personas y sin
separación de la zona de bicicletas. Aparte, la anchura de los 3 carriles es
insuficiente para circular dos ciclistas o dos peatones en paralelo, ¿Qué
ocurre?, que normalmente a no ser que vayas solo a toda pastilla, invades los
carriles que no son tuyos con el consiguiente peligro.
El
anillo discurre por Montecarmelo hasta la carretera de Alcobendas a Fuencarral,
allí desaparece unas decenas de metros, menos mal que la zona suele estar
concurrida y con seguir a los demás ciclistas encuentras de nuevo el carril
unos metros más adelante y al otro lado de la carretera. Un túnel largo y
sorprendentemente limpio y bien conservado nos permite pasar por debajo de las
vías de salida de Chamartín y entrar en el barrio de Las Tablas. Nada más pasar
este túnel, el camino que toman todos los ciclistas nos hace pensar que o bien
la zona que tenemos por delante está en mal estado o que da mucha vuelta y
merece más la pena ir por las calles que por la vía ciclista, porque muchos se
desvían para tomar otro camino que como vimos después, es mucho más recto y me
atrevería a decir que más seguro, tanto semáforo y tan poco tráfico hace que
vayas prestando menos atención y saltándote semáforos para no eternizarte. Por
las calles casi no hay coches y los cruces los haces directamente sin tener que
pasar de la acera al bulevar constantemente.
De
aquí, dando una buena vuelta y por eso la gente se desviaba, llegamos a
Sanchinarro. En este barrio en algún punto debe haber un error en la
señalización o una zona poco clara de lo que es el anillo ciclista y lo que es
otro carril bici, en un momento dado llegamos a la puerta de las nuevas
cocheras de la EMT y tenemos 3 opciones de continuar, una que claramente te
lleva al barrio-descampado de Valdebebas y otras dos, una que parece que es
nuestro camino a seguir pero que desaparace durante unos 30 metros y otra que
tiene pinta de sacarte de Madrid e ir en dirección contraria a la que deseamos.
Después de preguntar, resulta que nosotros no hemos llegado allí por el anillo ciclista,
la vía de la derecha es nuestro camino y la de la izquierda por donde se supone
que deberíamos haber llegado, pues es el anillo verde también. Tampoco hay
ninguna señal que te mande hacia la puerta de las cocheras que es dónde
continúa el camino.
Pasado
este punto cruzamos la carretera del Aeropuerto y nos ponemos junto a la M40,
incluso justo encima en algún punto, para dirigirnos hacia el Campo de las
Naciones. Aquí hay un punto un poco lúgubre, el carril va por una zona de campo
por debajo de una autopista entre las columnas que la sujetan, pero realmente
está en buen estado y no es una zona peligrosa.
Por
aquí llegamos al estadio de La Peineta, que sigue de obras, y eso que iba a
albergar todas las competiciones de las olimpiadas de 2012, y al barrio de Las
Rosas. Por aquí todo bien, si acaso algún cruce de calle de más, sobre todo
porque vamos pegaditos a la M40 y no parece necesario meterse en la primera
manzana de la ciudad en lugar de rodar por fuera de esta.
Cruzamos
la A3 y rodamos muy cerca del nuevo barrio de Vallecas, puede que sea Santa
Eugenia, pero no conozco mucho esta zona.
Ya
llevamos unos cuantos kilómetros, y aunque el ritmo ha sido muy suave y no
hemos pasado apenas cuestas, empezamos a ir tocadillos.
Ahora
nos toca un tramo de bajada por la zona de entrevías y desembocamos en la Caja
Mágica, donde se pierde otra vez el carril. Todo hace indicar que hay que
entrar al parque, pero por dentro de este no se ve ninguna señal ni marca que
indique el recorrido. Nosotros entramos al parque y la indicación que
encontramos es el camino para ir a Madrid Rio. Como esta conexión la
desconocíamos, no vemos indicaciones del anillo verde y ya tenemos hambre, nos
metemos a Madrid Rio y en Legazpi nos metemos una pizza, grave error.
Decidimos
no volver a buscar el anillo y seguir por Madrid Rio, el ambiente debe ser
bueno y seguro que algo curioso nos encontramos. Pero no, para mi el camino se
hace penoso, echaría la pizza allí sin ningún problema, me pesa la tripa, las
piernas y para colmo el culo ya debe ir como la bandera del Japón, mucho tiempo
de bici para llevar 1 mes sin tocarla. El trozo desde el Puente de los
Franceses hasta la Dehesa de la Villa lo hacemos por el GR que va junto a la
M30 y se me hace un infierno.
Finalmente,
llegamos a la Dehesa de la Villa y damos por concluida la ruta.
Conclusiones
que he sacado del publicitado Anillo Verde Ciclista:
No
sirve para utilizar la bici como medio de transporte. Las distancias son muy
largas y hay tantos cruces y semáforos que hace que los trayectos sean eternos
y con más kilómetros de la cuenta.
Sirve
para montar con los niños, pero lo veo hasta peligroso por la cantidad de
cruces y el hecho de compartirlo con adultos que lo utilizan a una velocidad
excesiva para el tipo de vía que es.
No
sirve para practicar ciclismo como deporte. Por la cantidad de semáforos y
porque está invadido por niños, patinadores, peatones y cuantas cosas puedas
imaginar, aparte de que es muy estrecho.
Sirve
para engordar la cantidad de kilómetros de carril bici de la capital, un dato
muy bonito para sacarlo en las elecciones. Durante bastante tiempo solo esta
vía que no sirve para nada suponía más del 50% de los kilómetros de carril
bici.
Para
mi, lo único positivo de este anillo es que mucha gente se anima a coger la bici
porque les pilla cerca y lo creen un lugar ideal para montar. Si prueban la
bici aquí y repiten y les gusta, poco a poco irán descubriendo otras cosas y
terminarán siendo aficionados a la bici, y quién sabe si poco a poco alguno se
atreverá a saltar a la calle y utilizar la bici como medio de transporte, y
esto no es poco, lo que dudo es que compense el gasto de hacer este carril.
Otra duda es si de verdad
no había otra forma de hacerlo, más barata, con menos obra y más útil.
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