Aunque
no es el objeto de este blog hablar de otras cosas que no sean bicicletas y
afines, voy a hacer una excepción. Ayer domingo 16 de diciembre se celebró la
trigésima edición del cross de invierno Ciudad de los Poetas. Ya he participado
en alguna otra carrera, pero esta es en mi barrio y se hace desde hace 30 años
gracias a la ilusión y el esfuerzo de los componentes de la Agrupación
Deportiva Ciudad de los Poetas, y por eso os pongo aquí la crónica de lo que
fue una entretenida mañana.
Si
buscáis por internet, casi todas las referencias a esta prueba van en la misma
línea, cross más bien durillo a pesar de la corta distancia y gran ambiente
para pasar una buena mañana, destacando el trato y la amabilidad de todos los
miembros del club organizador.
Aprovechando
la ocasión, quedamos unos cuantos padres del cole para correr nosotros y luego
que corrieran los niños, pues además de las carreras de todas las categorías
oficiales, al final hay una carrera de chupetines, la guinda a toda la fiesta y
que los niños disfrutan como ninguno.
La
mañana se presentó nublada aunque aparentemente sin excesivo frío, aunque a lo
largo de las carreras más de uno se fue destemplando hasta el punto que alguna
de las acompañantes terminaron muertas de frío, no así los atletas, a los que
las cuestecillas del recorrido calentaron a base de bien.
Con
un poco de retraso empezó la carrera de veteranos, que es la que me toca ya desde
hace unos años, menos mal, por lo menos quedaré delante de alguna jubilada. El
objetivo es hacer un tiempo menor de 35 minutos y quedar por delante de algún
padre del cole, vamos, no ser el último de los conocidos.
Ya
en la salida numerosas caras conocidas del barrio, y es que esta carrera
empieza a tomar la función que en su día tenían las fiestas del barrio, todos
los amigos de pequeños y jóvenes que pasábamos horas y horas juntos ahora ya
solo nos vemos en ocasiones muy concretas, y esta parece que es una de ellas
para cada vez más gente.
Empieza
la carrera y teniendo presente la experiencia del año pasado, mejor no forzar
ni siquiera en la bajada inicial, que al final todo se paga. Antonio, Diego y
yo vamos juntos, esta primera vuelta es un poco complicadilla porque somos
bastante gente y el camino tiene surcos y árboles por el medio, así que mejor
ir con cuidado, ya adelantaremos a los que podamos más adelante, que 6
quilómetros dan para mucho.
Pasados
los primeros metros de bajada empiezan los requiebros para que el recorrido no
sea primero subir y luego bajar y de paso hacer algunos metros más. El año
pasado estas curvas me mataron, cuando crees que ya llevas media vuelta o que
sólo te queda enfilar hacia la zona de meta, otra curva y para atrás, encima
con cuesta, así que habrá que dosificarse.
Una
vez pasada esta zona toca ya la subida de verdad. Aunque a simple vista tampoco
parece tan empinada, el caso es que por muy cortos que des los pasos te vas
cansando cada vez más, definitivamente me va mejor ir en bici que correr. Menos
mal que poco antes de meta están la familia y los amigos que te dan ánimos para
llegar dignamente al final, y así 3 vueltas.
Al
final ,en la última vuelta, consigo alcanzar a un conocido y dejar atrás a dos
de los padres del cole, así que objetivo cumplido, y con un tiempo de 32
minutos aproximadamente.
Coca
cola, revista y a cambiarse para esperar a que corran los niños, que ya están
como locos y no hacen ni caso a las carreras.
En
definitiva, os recomiendo que acudáis a esta carrera y cualquier otra que se le
parezca, porque te lo pasas bien, los niños disfrutan, haces ejercicio, se lo
merecen los que con tanta ilusión lo organizan y porque es gratis.
Por cierto, este año han
batido record de participación y para el año que viene es posible que se
limiten las inscripciones o se ponga fecha límite para no estar dando dorsales
hasta 5 minutos antes de la salida. En todo caso, veréis como todo son
facilidades y pasáis un rato agradable.